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Mes: junio 2015

La vida sosa

Mi querido padre cerró los ojos a la luz de este mundo hace ya treinta y seis larguísimos años. El viaje sin él está siendo un tanto triste, si bien es cierto que me visita con amable frecuencia en mis sueños. Supongo que ese es el territorio en el que ahora  habita, en compañía de otros muchos recuerdos, de mis otros muy queridos muertos. Y claro que le echo de menos. No pasa un solo día sin que su imagen se abra paso en mi cabeza; no deja de aconsejarme ante cada problema, ante cada bandazo de la vida. Precisamente…

Eternamente rubia

Para mi amigo Alfonso Truchuelo Cruz. Un abrazo fuerte, monstruo, y que cumplas muchos más… Acabo de repasar las fotografías de la última sesión que ofreciste en vida. Por uno de esos azares del FB, y por puñetera casualidad, vuelvo a contemplar las imágenes que más me enamoraron de ti, querida. Tu amigo George Barris las tomó en la playa de Santa Monica (California, EE.UU) el 13 de julio de 1962. Y dice la leyenda  -todo respecto a ti lo es, incluso los fríos hechos consumados-  que tres semanas más tarde tus treinta y seis preciosos abriles se apagarían para siempre. Debo confesarte que siento un cierto…

Ecuaciones de sangre

«El que no sabe por qué camino llegará al mar, debe buscar al río por compañero»  John Ray La vida me ha quitado mucho últimamente. Desde un ya algo lejano diciembre del 2012, me he visto envuelto en un pavoroso torbellino de acontecimientos impactantes, que a pique ha estado de acabar con mi salud y con mi existencia. He contemplado cómo mi oído, el más aguzado de mi sentidos, quedaba muy dañado para siempre, creo. Padezco la tortura imparable de los acúfenos y mi equlibrio es francamente precario. Me cuesta un congo tragar ciertos alimentos con la natural facilidad que…

Aurora

Por segunda vez en lo que va de noche, llora. Siente una congoja indefinible, que le arranca gruesos lagrimones. Sentado en la acera, con las manos entrelazadas bajo las rodillas, todo gira a una velocidad de vértigo a su alrededor. Luces intermitentes, destellos azules y naranjas; curiosos que se arremolinan como polillas suicidas, atraídas por el resplandor de los faros presentes en la escena. A su derecha, una motocicleta destrozada exhibe impúdicamente sus entrañas, o lo que queda de ellas, empotrada contra el maletero de un todoterreno. Sus jugos, la esencia de su vida, se desparraman lentamente sobre la acera…

Bajo el asfalto

Por la noche, se puebla el metro de fantasmas amigables, de seres humanos que ya han olvidado lo que fueron. Imaginándose, soñándose a sí mismos en tiempos mejores, caminan por los interminables pasadizos mientras les sigue el sonido de sus propios pasos como un zorro de humo y sombras que huele a goma quemada.  Resuenan los tacones imposibles de punkis y moteros fuera de su siglo, y sus chupas de cuero y acero hacen guiños que un día fueron amenazadores  a currantes marroquíes en mitad del Ramadán.  Se apagan los reflejos del Hombre sobre los bruñidos raíles; los rostros de…

Fútbol y mujeres

Yo no sé si esto pasaba con Franco  -o sea, cuando yo era joven, que también lo fui-  o si no; no sé si es que mi natural despiste me impedía apreciar según qué cosas o si es que tales asuntos no existían en absoluto. Cabe dentro de lo posible que, dado que siempre me han importado tres cojones y la bailadera la cuestión balompédica, tampoco me fijase demasiado en semejantes menesteres, y menos en la época que nos ocupa. Como todo español bien nacido, tenía yo tarea más que suficiente en mantener, dentro de lo posible, mi sexo dentro…

Cien días

Ni uno más, ni uno menos. Es el período de tiempo que la cortesía parlamentaria y la higiene democrática aconsejan observar tras la proclamación de nuevas autoridades, sean del nivel que fueran, y no soy yo quién para enmendarle la plana a semejante tradición, líbreme Dios y válgame un debé. He procurado hacerlo con todos y cada uno de los gobiernos que llevamos sufriendo desde que palmó el abuelo, intentando ser lo más objetivo posible por el bien del país que amo, aunque para ello haya tenido que poner sordina a la vocecilla que habla de política en mis tripas…

Márketing y gin tonics

Muy serios, muy formales y muy circunspectos, en el estudio de marketing de la puta ginebra aquella que nunca llegamos a probar. Sí, no me pongas caritas de yo no fui; te acuerdas más que perfectamente. Nos había pasado la bola aquel mamón grande y gordo, que aún tardaría algunos años en demostrarnos palmariamente que nunca fue nuestro amigo. Un tórrido mes de junio tocaba a las puertas y ya andábamos como locos el uno por el otro. Algo desazonados, que diría algún castizo que conozco. Cachondos, vaya. Se sucedían las preguntas sin solución de continuidad, maquinalmente, una tras otras.…