Bien. Ya estamos aquí de nuevo, sin ni siquiera tener una idea clara sobre el título, por ejemplo. No sé las veces que he comenzado un blog, sin llegar a darle un mantenimiento más o menos digno… La blogosfera debe de contener por lo menos dos o tres cadáveres de mi factoría, flotando por el ciberespacio en busca de una redención que nunca va a llegar. En fin, así es la vida y así soy yo. Aquí va la primera entrega; veremos si se producen muchas más.
Escribo, luego existo.